La transición

La vida está atravesada por un continuo cambio, que nos permite desarrollarnos y aprender a estar en el mundo. El ámbito educativo no escapa a esta dinámica: pasamos de una etapa a otra, de un curso a otro, de unas expectativas a otras. Este es el caso de la transición que se produce de Primaria a Secundaria. Un paso que sociológicamente es interpretado como un acercamiento del niño al adolescente, de la heteronomía a la autonomía, de la potencia al acto.

En el Instituto de Educación Secundaria (IES) La Morería, consideramos que ese tránsito debe ser cuidadosamente orientado y mimado, pues es mucho lo que nos jugamos. Así, toda la comunidad escolar trabaja para intentar que el miedo que conlleva no se convierta en un salto al vacío. Para ello, el instituto y los centros adscritos nos coordinamos desde lo que se conoce como Plan de Transición, que implica la colaboración de toda la comunidad escolar y se estructura en cuatro niveles:

El Programa de acogida es uno de sus pilares fundamentales. Personas que no formaban parte de nuestra comunidad van a pasar a formar parte de ella. Familias y alumnado de los Colegios de Educación Infantil y Primaria (CEIP) son informados desde sus propios centros. Pero también se organizan encuentros entre el alumnado y para que las familias conozcan este nuevo espacio, como actividades deportivas y culturales. Al comenzar el curso, las y los estudiantes son recibidos por alumnado del IES que les guía en su primer encuentro con este nuevo espacio.

Este pilar no se podría entender sin la atención a la diversidad, que configura el reconocimiento de las diferencias y estructura los espacios más adecuados para el desarrollo personal desde el ámbito educativo. Aquí es fundamental el trabajo llevado a cabo por orientadores y psicopedagogos, que se centran en el tratamiento personalizado de las necesidades educativas.

No podemos olvidar el Desarrollo de las competencias curriculares. Al inicio de curso se pasan pruebas en coordinación con los CEIP para evaluar el nivel de competencias y detectar aquellas en las que es preciso profundizar. Esos resultados son analizados y derivan en acciones encaminadas a equilibrar competencias en el ámbito curricular. Nos preocupamos porque el tránsito de Primaria a ESO sea para todo el alumnado. Así pues, la educación inclusiva conlleva aumentar la participación y reducir la exclusión de sus aulas. ¿Qué necesita el alumnado para participar y progresar en su aprendizaje? Para ello, cada vez se aboga más por unidades didácticas basadas en metodologías colaborativas, donde nos alejemos de los currículos discapacitantes y nos acerquemos al diseño de actividades que partan de los principios de accesibilidad y participación.

El último pilar lo consituye el Desarrollo de las competencias intra-interpersonales, que se concreta en la mediación como proceso voluntario en el que dos partes en conflicto se reunen con una tercera persona para exponer sus diferencias e intentar llegar a un acuerdo a través del diálogo. Lo más interesante es la alta participación del alumnado en los cursos de mediación: 100 estudiantes en los dos últimos cursos. A esto se añade la ayuda entre iguales y también las tutorías individualizadas para el alumnado, sobre todo de 1º de ESO, que muestra dificultades en el aprendizaje, de las que nace un seguimiento periódico para orientarle y animarle a superar las dificultades. Este curso estamos generando nuevos materiales para gestionar estas tutorías gracias a la labor de la coordinadora de Convivencia e Igualdad, una figura insustituible en nuestro centro.

En definitiva, si partimos del supuesto de que la educación constituye parte esencial de aquello que podemos llegar a ser, si aceptamos el compromiso que nos corresponde en la defensa de la igualdad desde la educación pública, si aceptamos que la prioridad de la educación es conseguir que cada uno de los sujetos consiga llegar al desarrollo de su capacidades, no podemos menos que iniciar el proceso de recepción que nos corresponde atendiendo a todos estos factores. Los sujetos son acogidos desde el conocimiento de su pasado, para proyectar las posibilidades desde el trabajo diario. Y eso es tarea de toda la comunidad educativa y de todos aquellos preocupados por un mundo más justo.

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