Cinco décadas del test ‘Dibuja a un científico’

Marta Macho Stadler | Matemática y divulgadora científica

The Draw-A-Scientist Test es el título de un famoso estudio publicado en 1983 por el historiador de la ciencia David Wade Chambers (Universidad Deakin). Esta prueba se diseñó para estudiar las percepciones de niñas y niños sobre lo que es un científico –recordemos que la palabra scientist no tiene género– y para conocer a qué edad aparece la imagen estereotipada de ‘persona que hace ciencia’.

Siguiendo el sencillo mensaje de Dibuja un científico, 4.807 niñas y niños –con el 49% de niñas– de escuelas de primaria –entre 5 y 11 años– de tres países, retrataron a un profesional de la ciencia. Chambers analizaba después siete indicadores estándar en esas imágenes: la bata de laboratorio, las gafas, el vello facial, los símbolos de la investigación, los símbolos del conocimiento, los productos de la ciencia (la tecnología) y los lemas –los títulos– relevantes. El investigador pudo demostrar que niñas y niños comenzaban a asumir estereotipos sobre científicos desde edades muy tempranas.

De hecho, de los 4.807 dibujos, solo en 28 de ellos aparecían mujeres como científicos, y solo los dibujaron niñas.

Algunos de los dibujos de The Draw-A-Scientist Test de D.W. Chambers (1983).

El pasado marzo, el psicólogo David I. Miller (Universidad de  Northwestern) y su equipo publicaron un artículo sobre el desarrollo de los estereotipos de género en la ciencia entre niñas y niños. En este trabajo, los investigadores realizaban un metanálisis de cinco décadas de estudios sobre Dibuja a un científico en Estados Unidos.

El artículo analizaba más de 20.000 dibujos realizados por niñas y niños entre 5 y 16 años. Algunos de los estudios examinados por Miller distinguían los resultados entre niños y niñas, unos pocos solo se habían centrado en dibujos de niñas, y ninguno se basaba en imágenes procedentes exclusivamente de niños.

Los resultados sugieren que el estereotipo ciencia-hombre ha disminuido, es decir, la percepción de que las disciplinas científicas son un reducto masculino parece haberse atenuado.

Como comenta Ana Ribera en el artículo Dibuja a un científico, algunos datos relevantes de este reciente estudio son los siguientes:

  • Las niñas y niños más pequeños son los que dibujan más mujeres cuando se les pide dibujar a un científico. ¿Cuál es el motivo? Probablemente, antes de la escolarización, el estereotipo ciencia-hombre aún no ha sido aprendido; por ello, en sus dibujos aparecen más mujeres. Sin embargo, a esas edades tempranas, otros estereotipos como asociar el cuidado de la casa a las mujeres o pensar que los bomberos son hombres sí que se manifiestan en los dibujos.
  • En la franja de 5-6 años el porcentaje de hombres y mujeres dibujados es el mismo; además los realizan de manera similar niños y niñas.
  • El equilibrio desaparece entre los 7 y 8 años: los dibujos ya muestran a más hombres como científicos.
  • A partir de los 14-15 años, solo el 20% de los dibujos tienen a una mujer como protagonista de la ciencia.
  • El estereotipo de género no es el único que se puede apreciar en las imágenes: el 80% de los científicos representados eran blancos. Recordemos que el estudio se realizaba en Estados Unidos.
  • Las batas blancas y las gafas como distintivos de los científicos aumentan con la edad de niñas y niños.
  • Desde los primeros estudios, fechados en 1985, el porcentaje de mujeres representadas ha ido aumentando, alcanzando el 28% entre los años 1986 y 2016.
  • En media, las niñas dibujan un 58% de hombres y los niños un 96%.

Todos estos datos parecen confirmar que los estereotipos comienzan a partir de los 5-6 años y aumentan –y calan– con el paso del tiempo. El acceso a más medios a medida que aumenta la edad –amistades, redes sociales, televisión, cine, etc.– influyen en el cambio de percepción.

Me entristece que para las niñas los referentes sigan siendo varones, aunque los modelos de mujeres vayan ganado terreno. Pero lo que de verdad me entristece es que los niños no vean a las mujeres como protagonistas de la ciencia, de una actividad que probablemente les suscita admiración. Ellos también deben aprender a valorar a las mujeres y deben reconocerlas como modelos a los que querer parecerse.

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