Mil palabras: Wemerson Nogueira

¿Quién eres?

Mi nombre es Wemerson Da Silva Nogueira. Tengo 26 años, soy profesor de Ciencias y Química en la ciudad de Nueva Venecia, en el estado de Espíritu Santo en Brasil. Me considero un joven profesor que sueña con cambiar el futuro teniendo a la Educación como base.

¿Dónde trabajas?

Soy profesor en la Escuela Municipal de Enseñanza Primaria y Secundaria Antonio dos Santos Neves, y mi alumnado va desde los 12 a los 17 años.

Un logro profesional:

Mi mayor logro en el poco tiempo que llevo ejerciendo como maestro –apenas tres años–, ha sido llegar a estar entre los 10 finalistas en 2017 de uno de los premios más importantes del mundo: el Global Teacher Prize, considerado el Nobel de la Educación, pues me dio la oportunidad de llevar la bandera educativa de Brasil por todo el mundo y dar a conocer que en mi país hay un joven docente que desarrolla un trabajo innovador, diferente. Aproveché la oportunidad para mostrarle a mi alumnado que es posible convertirse en un ciudadano global, que piensa en el futuro, que considera el aula como un espacio transformador con una proyección mucho más allá de los muros del centro.

Un reto profesional:

El mayor desafío que he enfrentado en mi vida profesional como docente ha sido superar los momentos difíciles, aquellos en los que sentía que me faltaba apoyo, cuando creía estar solo, sin nadie que me diera la mano o me brindara ayuda. Sin embargo, ese momento desafiante fue muy importante para obtener los mejores resultados. Ahora, la fuerza para seguir ejerciendo mi papel como educador, como agente transformador, la encuentro en mi alumnado, protagonistas en acción que tienen plena convicción de que van a cumplir sus objetivos.

Un consejo para el profesorado:

Deseo que todo el profesorado sea valiente, que enfrente todas las barreras de esta profesión, que nunca dejen de lado sus sueños, que no tengan miedo de mostrar al mundo el gran talento que tienen en sus manos. Al final, las y los docentes no escogemos esta profesión por una simple opción, sino que nos convertimos en profesores y profesoras porque creemos en la esencia del amor que existe en nuestros corazones, un amor que nos permitirá cambiar la vida de niñas, niños y adolescentes que podrían estar en situaciones de peligro por las drogas o la violencia que actualmente se dan en muchos rincones del mundo. Por tanto, ¡sed buenos docentes! Después de todo, estoy convencido del gran potencial que cada uno de vosotros tiene la enseñanza.

Acerca de Tomás Loyola Barberis 40 Articles
Periodista y editor, con 20 años de experiencia en medios de comunicación online

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