¿Vocaciones femeninas, vocaciones masculinas?

Marta Macho Stadler | Matemática y divulgadora científica

La Conferencia de Rectores de las Universidades Españolas (CRUE) presentó a finales de 2018 el informe “La Universidad Española en Cifras, año 2016 y curso académico 2016/2017”.

Cito debajo textualmente un párrafo incluido en la página 41 de este informe, junto a la gráfica que lo acompaña:

“En cuanto a la participación de las estudiantes en los diferentes campos de estudio, la pauta de comportamiento es similar a las opciones que siguen las mujeres en la selección de la especialidad de sus titulaciones. Las estudiantes concentran sus preferencias en Salud y Bienestar y en Educación, y son renuentes a cursar estudios en Ingeniería y Arquitectura y, sobre todo, en Tecnologías de la Información y las Comunicaciones. Resulta significativo que la selección de las opciones de especialización de los estudios universitarios por los diferentes sexos presente una gran homogeneidad entre países (ver Gráfico/ 1.27). En este panorama, Suecia aparece como la excepción, destacando la proporción de mujeres que cursan estudios técnicos y tecnológicos, lo que puede explicar singularmente la mayor participación global femenina de ese país entre los estudiantes universitarios de Grado del mundo. Sin salirse de la pauta, España presenta una muy baja partición de las mujeres en los estudios TIC y muy elevada en Educación y Salud”.

Como puede observarse, en todos los países del mundo reseñados en este informe (excepto el caso singular de Suecia), el porcentaje de mujeres que eligen estudios vinculados con las TIC es inferior al 30%. Excepto en Canadá e Israel, ese porcentaje es incluso menor del 20%. En España, menos del 15% de los estudiantes matriculados en enseñanzas TIC son mujeres.

En el caso de la Agronomía y Veterinaria, los datos son un poco mejores. En España, aproximadamente el 25% de estudiantes matriculados en este campo son mujeres.

En los estudios de Ingeniería y Arquitectura, algo más del 42% de estudiantes matriculados son mujeres. Existen muchos tipos de  ingenierías (desde la ingeniería industrial a la ingeniería biomédica, pasando por numerosas variantes), y la matriculación por sexos es desigual dependiendo de la especialidad elegida. Aunque no aparecen estos detalles en el anterior informe, las mujeres eligen ciertos tipos de ingenierías (la ingeniería biomédica posee un mayor porcentaje de mujeres que de hombres matriculados) y abandonan otros. Por ello creo que este dato no muestra con demasiada claridad la situación real en esta área.

En el otro extremo, observar (solo comento la situación de España, aunque es muy parecida en el resto de los países) que en Educación casi el 80% de estudiantes son mujeres, y en Salud y Bienestar menos del 30% son hombres.

En mi opinión, tanto los datos de estudios TIC como los datos de Educación son malos, muy malos. Y explico los motivos que me llevan a pensar esto. Se trata de un sector en auge, con perspectivas de trabajo importantes, con una gran oferta laboral, con buenos sueldos. ¿La consecuencia para las mujeres? En primer lugar, un aumento de la brecha digital: las mujeres se manejarán peor en un mundo con cada vez mayor presencia tecnológica. Y en segundo lugar, un aumento de la brecha salarial para las mujeres, al tratarse de las ocupaciones mejor remuneradas, elegidas mayoritariamente por hombres.

En el otro extremo se observa la ausencia de chicos interesados por la educación. ¿La consecuencia? Las niñas y los niños perciben que la educación, los cuidados, la enseñanza, el magisterio son actividades femeninas. Solo tienen modelos de mujeres en ese ámbito, les faltan referentes masculinos como cuidadores, como maestros.

Y el estereotipo va calando, en particular por la falta de referentes femeninos o masculinos en diferentes ámbitos (tecnología frente a educación).

Quiero recordar el proyecto ESTEREO (del que ya hablamos en este blog) en el que se pedía su opinión a un centenar de estudiantes de 2º y 3º de la ESO sobre las asignaturas en las que chicas y chicos brillaban. El alumnado participante en esta encuesta opinaba que los chicos son mejores en educación física, tecnología y matemáticas, mientras que las chicas destacan más en educación visual y plástica, ciencias sociales y ciencias de la naturaleza. Y no es verdad… os recomiendo que repaséis este interesante estudio y, sobre todo, los motivos que llevaban a las y los estudiantes a pensar de este modo.

No hay más ciego que el que no quiere ver… algo habrá que cambiar para que los porcentajes cambien. Si la población se compone prácticamente de un 50% de hombres y un 50% de mujeres, debería haber (aproximadamente) un 50% de mujeres realizando estudios TIC y un 50% de hombres matriculados en áreas relacionadas con la enseñanza.

Habrá que provocar este cambio, desde casa, desde el ‘cole’, desde la sociedad… Un mundo 50-50 sería, sin duda, más justo, más humano, más feliz.

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