En el cuarto Objetivo de Desarrollo Sostenible para el año 2030, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) plantea una educación de calidad, incluyente y equitativa, para todas las personas. Hacer efectivo este objetivo depende de una serie de factores como las políticas educativas o los presupuestos destinados a la inversión en la educación, entre otros. No obstante, la formación que reciben los profesores es considerada un factor fundamental en el logro de este.
Se pretende que los maestros y las maestras tengan el dominio teórico y metodológico de la disciplina que enseña y que, al mismo tiempo, sean capaces de atender las necesidades educativas de sus estudiantes, que valoren y atiendan los conflictos cognitivos que se dan durante la clase, reconozcan la diversidad como un elemento que enriquece el ambiente de aprendizaje y otras experiencias propias del proceso de enseñanza-aprendizaje. Por lo que las prácticas situadas en contextos reales fortalecen el logro de las competencias, saberes y dominios del maestro y maestra en formación.
Las tecnologías digitales, como herramientas de mediación en el ámbito educativo, están abriendo la posibilidad de generar procesos innovadores en la formación y habilitación de los docentes en las últimas décadas; su uso ha venido a transformar los roles del profesorado y del alumnado, así como a fortalecer el desarrollo de habilidades para el autoaprendizaje. Coromina (2011) cita a Barret, quien afirma que el porta- folio electrónico es un instrumento que utiliza las herramientas tecnológicas necesarias, con el propósito de recopilar las variadas evidencias del proceso de aprendizaje en diferentes medios electrónicos, que determina el usuario.
El uso de portafolios en educación no es algo nuevo; en su acepción general, un portafolio es definido en el diccionario de la Real Academia Española (2022), como una carpeta. Suele considerarse la década de los ochenta como el momento en que empieza a usarse el portafolio, en EEUU y Canadá, como herramienta para evaluar aprendizajes en el ámbito escolar. Tradicionalmente, para integrar el portafolio se hace una selección o colección de escritos o trabajos de los estudiantes que den cuenta de los procesos de construcción y avance en los aprendizajes. Con dichas muestras es posible efectuar una evaluación formativa y final a partir de valorar dichas evidencias.
Es también en la década de los ochenta, cuando la Universidad de Stanford registra el uso del portafolio del profesor, como una alternativa para evaluar al profesorado en formación, en contraste a una concepción tecnócrata de la enseñanza, concebida como mera transmisión de conocimiento, desde un punto de vista conductista e independiente del con- texto en el que se realiza.
El portafolio nace, entonces, como una herramienta para que el profesorado recupere evidencias que sean la base para reflexionar sobre sus diseños e implementación de planes de clase, avance de sus estudiantes, ajustes realizados para adecuar la enseñanza al contexto y diversidad de sus estu- diantes, pero también como un medio para ir descubriéndose en su identidad con la vocación de ser docente. La cualidad del portafolio del profesor en formación es la de servir para reflexionar en base a evidencias y para tomar conciencia de sus dominios y saberes y/o competencia con la posibilidad de mejorar su desempeño futuro.
Alfageme (2007) cita a Shulman: “Un portafolio didáctico es la historia documental estructurada de un conjunto (cuidadosamente seleccionado) de desempeños que han recibido preparación o tutoría, y adoptan la forma de muestras de trabajo de un estudiante que sólo alcanzan realización plena en la escritura reflexiva, la deliberación y la conversación”. Actualmente, se habla de un Portafolio Digital, el cual se trabaja en línea y que está siendo enriquecido constantemente con diferentes insumos, que van desde la URL de un video que se subió a Youtube, donde quedó grabada la clase impartida por el maestro en formación, hasta el diario de clase, donde el estudiantado normalista va registrando y narrando el desarrollo de cada uno de los procesos que desarrolla en el aula o las evidencias de los ejercicios del alumnado, donde puede observarse sus avances y los aspectos en que hubo que retroalimentarlos, con el fin de facilitarles el logro de los aprendizajes esperados, entre otros aspectos.
En la Universidad Politécnica de Catalunya, España, a partir del 2016, se plantea el uso del portafolio digital como una iniciativa vinculada con los nuevos métodos de aprendizaje, estudiando su funcionamiento e identificando una lista de criterios, útiles a los centros educativos, con el propósito de seleccionar la aplicación de gestión del portafolio digital que mejor se adapte a las necesidades de los educandos (Coromina et al., 2011). En México, la Universidad Autónoma de México (UNAM), en la carrera de psicología, se utiliza el portafolio electrónico de aprendizaje para que los estudiantes puedan reflexionar acerca de la consolidación de una serie de conocimientos y habilidades profesionales vinculadas con el campo de la intervención educativa en escenarios reales (Díaz Barriga. et al., 2012)
Se puede concluir entonces que, sin duda, el Portafolio Digital es una herramienta innovadora para recuperar evidencias de trayectos formativos, ya que se puede tener acceso al mismo en cualquier momento y ser consultado por diferentes actores interesados al mismo tiempo. Genera un espacio de intercambio inmediato y de fácil acceso a la información de manera asincrónica por los usuarios, favoreciendo una interacción más fluida que permita mostrar incluso el cómo, de manera gradual, se va logrando el nivel de desarrollo de los dominios, saberes, actitudes y competencias de los profesores en formación.
Hoy la evaluación formativa y auténtica valora los procesos, la participación activa y responsable de los actores o agentes educativos, de manera que la información que produce cada uno, se convierte en insumo, en datos, en in- formación para la retroalimentación de los procesos de enseñanza-aprendizaje, pero también de los sistemas. Entonces, el uso de la tecnología, en este caso utilizando la integración de Portafolios Digitales en Drive, se convierte en la herramienta o instrumento para resguardar, procesar, consultar y compartir con otros esa información que requerimos para llevar a cabo procesos complejos e incluyentes de evaluación.
Referencias
Alfageme, B. (2007). El portafolio reflexivo: metodología didáctica en el EEES. Dialnet. https://dialnet.unirioja.es/servlet/autor?codigo=151166
Atienza, E. (2009, Julio). El portafolio del profesor como instrumento de autoformación. Revista de Didáctica Español Lengua Extranjera. No. 9. https://www.redalyc.org/pdf/921/92152528004.pdf
Díaz Barriga, F. et al. (2012). Diseño tecno pedagógico de portafolios electrónicos de aprendizaje: Una experiencia con estudiantes uni- versitarios. Revista electrónica de investigación educativa versión On-line. REDIE vol.14 no.2 Ensenada ene. 2012. https://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S160 7-40412012000200008
Coromina, J. et al. (2011). Portafolio digital de aprendizaje: Un nuevo medio de comunicación en la educación. https://www.redalyc.org/pdf/549/54918729004.pdf
ONU. (2023). Informe sobre los objetivos de desarrollo sostenible. Objetivo 4: Garantizar una educación inclusiva, equitativa, de calidad y promover oportunidades de aprendizaje durante la vida para todos. https://www.un.org/sustainabledevelopment/es/education/
Real Academia Española (2022). https://dle.rae.es/portafolio%20de%20evaluacion?m=form
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