Aunque no hay definición consensuada del arte, una de sus características más aceptadas es que crea nuevas formas y objetos. A lo largo de la historia, la lista ha ido incorporando actividades que ya existían y otras nuevas (como el cine). Por razones que tienen más que ver con la sociedad que con el arte, se ha dejado fuera, hasta ahora, la creación social, las actividades que innovan creando nuevas formas de relaciones sociales.
Hay quienes disfrutan una mañana de domingo pintando un cuadro. No es frecuente que otras personas se metan con ellas por no estar en la playa. Sin embargo, eso sí que ocurre repetidamente con quienes les gusta dedicar ese domingo a crear nuevas relaciones sociales o a mejorar las existentes. ¿Es más fácil y menos positivo para la humanidad lo que hizo Rosa Parks que lo que hizo El Greco? ¿Es más fácil crear un cuadro que unas relaciones sociales sin esclavismo? ¿Qué le costó más a Safo, crear poesía o crear la primera escuela de mujeres que conocemos?
No se trata de rebajar el papel del arte, sino al contrario enriquecerlo con creaciones que hasta ahora han estado fuera de esa etiqueta. Durante el renacimiento, arte y artistas reivindicaron una consideración social que lograron incluso frente a sus mecenas. Desde entonces, ha ido subiendo la valoración social de sus actividades que antes eran consideradas trabajo artesanal. Ahora, si queremos, podemos contribuir a elevar la consideración social de algo tan importante como la creación de nuevas relaciones sociales y la mejora de las existentes.
Conozco personas que dicen a quien dedica un viernes noche a un voluntariado o a una investigación o a un proyecto educativo: “no seas aburrida, ven a la discoteca”. No conozco lo contrario, personas que vayan a la discoteca a decir: “no seas aburrido, ven a preparar el proyecto de innovación”. Las actividades de creación social sufren una consideración social tan baja como la que tenían algunas artes antes del renacimiento. Las personas que las realizan sufren continuas presiones y descalificaciones que hacen que las abandonen quienes son más “rinocerontes” en el sentido que la obra de Ionesco da a este término. Por esa razón tenemos todavía un mundo algo peor del que podríamos tener y estamos un poco más lejos de ese otro mundo posible que soñamos.
He pensado en este tema continuamente porque siempre he tenido rinocerontes muy pesados a mi alrededor que no solo se divierten mucho menos que yo, sino que se empeñan en que haga en cada momento lo que en el fondo no les divierte a ellos. Me recuerdan mucho a una canción de Amaral: “me río sin ganas con una sonrisa pintada en la cara”. También me recuerdan mucho a una profesional de la salud que trataba de enseñarme a llevar, “como ella”, una vida más relajada y pocos meses después tuvo una gran depresión. Quienes realmente se sienten bien en la playa, la discoteca o con otras actividades, no se meten con lo que eligen hacer otras personas y menos aun si están aportando creaciones sociales.
Tengo claro que hay dos transformaciones importantes para que esto no ocurra. La primera es que logremos una sociedad en la que se respeten las libertades individuales: que cada persona haga lo que quiera hacer, lo que le divierta, lo que encuentre sentido; en fin, lo que decida, sin que tenga que oír consejos de quien no los ha solicitado. La segunda es que demos a la creación social el papel y la consideración que merecen, que no aparezcan los Dalí como seres humanos divinos mientras las Rosa Park aparezcan “simplemente como personas buenas”.
No tengo duda que eso llegará, pero puede tardar décadas, a no ser que quienes nos dedicamos a la innovación nos tomemos en serio esta transformación y nos divirtamos haciéndola.
Una perspectiva muy interesante. La creación social como objeto central en nuestro tiempo libre, libremente elegida, transformadora y sin juzgar a nadie
Realmente es muy revolucionario, muy esperanzador y motivador para las personas que intentamos contribuir a la mejora social y soñamos con ello; da fuerzas,seguridad y mas y mas ganas…, abrillanta la ilusión! Gracias!