Creo que, en la escuela, en la Enseñanza Primaria y Secundaria, es necesario adquirir una formación básica, generalista, en la que las asignaturas STEM (ciencia, tecnología, ingeniería y matemáticas) son una parte de ella, pero no la única.
En mi opinión, la educación va mucho más allá de la adquisición de un listado de conocimientos aparentemente inconexos. Tradicionalmente, se ha propiciado una separación artificial entre las llamadas ciencias y letras, distanciando disciplinas que podrían beber las unas de las otras.
Como matemática, he tenido la suerte de poder organizar actividades con compañeras y compañeros en áreas tan alejadas de la mía, como las ciencias sociales, las artes escénicas o las ciencias de la información. Han sido actividades enriquecedoras durante todos y cada uno de los momentos de su proceso de gestación. Gracias a esa puesta en común de saberes y maneras de trabajar tan diferentes, es posible entender matices y puntos de vista que ni siquiera imaginabas. Ojalá esa base mestiza, esa cultura general que cualquier persona debería tener, calara más en nuestro sistema educativo. Ojalá no estuviéramos tan preocupados por separar disciplinas, sino por formar personas críticas, capaces de acceder a cualquier tipo de formación con sensatez y empeño.
En las carreras universitarias, la formación está muy especializada. Es lógica la especialización en este momento: tanto si las personas egresadas se decantan por la investigación o por el acceso al ámbito laboral, sus conocimientos deben ser profundos y cualificados. Pero, en mi opinión, es importante el aprendizaje simultáneo de otras disciplinas: la formación en valores, la perspectiva de género, la sostenibilidad, la cooperación al desarrollo, la solidaridad. ¿Es una persona una buena profesional sin esas otras cualidades? Sinceramente, lo dudo.
Tanto en equipos de investigación como en el mundo laboral, los equipos de trabajo son cada vez más multidisciplinares: la diversidad de formaciones, opiniones o sensibilidades son las que contribuyen a avanzar en cualquier iniciativa.
Retomo ahora la pregunta original. Creo que las disciplinas STEM son esenciales para el avance de la sociedad: sin ninguna duda, vivimos mejor, más años, y con una mayor calidad de vida, gracias a los avances en ciencia y tecnología. Son asombrosos los adelantos científicos y tecnológicos que permiten desde imprimir piel artificial para implantar a grandes quemados, hasta comprender mejor los mecanismos del cerebro.
No debemos olvidar que la mayoría de los avances se favorecen por intereses puramente económicos: aunque las disciplinas STEM sean los motores de muchos adelantos para la sociedad, también debemos tener en cuenta que no toda la población las disfruta en igualdad de condiciones. El progreso para una única parte de la sociedad no debería ser suficiente. En mi opinión, las mejoras que las STEM pueden traer, solo tienen sentido si los beneficios se entienden a la vez en los ámbitos social, económico y medioambiental. Es decir, estoy pensando en la Agenda Universal de Desarrollo Sostenible 2030, que busca una transformación genuina para toda la población.
En realidad, no estoy contestando a la pregunta de si las disciplinas STEM van a ser las materias del futuro –¿quién lo sabe realmente? Solo podemos sospechar el porvenir basándonos en las tendencias actuales–, sino que estoy pensando en lo que desearía que fuera. En este sueño de un futuro más justo, las mujeres tienen una especial importancia: estoy segura de que el empoderamiento de las mujeres en todos los ámbitos –en particular en el de la ciencia y la tecnología– provocaría grandes cambios sociales.
Creo que el liderazgo de las mujeres en las disciplinas STEM daría lugar a decisiones diferentes que podrían afectar al tipo de acciones, proyectos o investigaciones que se deben realizar. Quizás la presencia en igualdad de condiciones de las mujeres en estos ámbitos ayudaría a dejar de ignorar muchos problemas que nunca antes han interesado, a dejar de competir para empezar a colaborar por el bien común… El tiempo lo dirá.
No estoy convencido de que sean necesarias. Es mas,pienso pueden ser contraproducentes al talento y la intuición. Llenar la cabeza de cosas que no se van a necesitar…no se si sea lo correcto.
Sin embargo, y vease ahí mi plumero, una formación en ciencias físicas, te prepara para aprender ser lo que sea cuando sea necesario. Y eso, a mi entender, es lo importante. Una vez adquirida esa abstracción, y esa manera peculiar de resolver problemas, no hay disciplina que se resista a la compresión.