La Humildad de Paulo Freire

Paul R. Carr. Profesor y Titular de la Cátedra UNESCO de Democracia, Ciudadanía Mundial y Educación Transformadora (DCMÉT) Universidad de Quebec en Outaouais (UQO) Gatineau, Québec, Canadá

Encontré el trabajo de Paulo Freire en 1990 en el Instituto de Estudios de Educación de Ontario en la Universidad de Toronto. Leí La pedagogía del oprimido en un curso en el que se comparaba el trabajo de Freire con el de Gandhi, Cabral, Nyerere y Guevara; una maravillosa mezcla de pensamientos y pensadores que proporcionaban visiones contra-hegemónicas del mundo.

Años más tarde, tuve la suerte de conocer a Joe Kincheloe y Shirley Steinberg, quienes se mudaron a Montreal y fueron titulares de la Cátedra de Investigación de Canadá en Pedagogía Crítica, en el Proyecto Internacional Paulo y Nita Freire de Pedagogía Crítica, en la Universidad McGill. Colaborar con ambos, y también beneficiarme de su generosidad, solidaridad y erudición floreciente y prolífica, fue una experiencia fortuita y transformadora. Aproximadamente al mismo tiempo, conocí a dos personas con las que ya había contactado a través de sus maravillosas investigaciones y su escritura: Peter McLaren y Antonia Darder. Y hubo muchos otros que formaron un núcleo vibrante, dinámico y crítico de académicos, activistas y sabios, que no solo conocieron y colaboraron con Freire, sino que también practicaron, cultivaron y experimentaron la praxis emancipadora, demostrando muchos de los valores, conceptos e ideas sobre las que Freire escribió.

Con el paso del tiempo, comencé a familiarizarme no solo con muchos de los trabajos, proyectos, entrevistas, ideas, etc. de Freire, sino también con los de algunos y algunas colegas del grupo de interés especial de Paulo Freire en la Asociación Estadounidense de Investigación Educativa, y con los movimientos freireanos asociados. Desarrollé un programa de maestría en Educación Transformativa con Gina Thésée y algunos otros colegas en mi universidad en francés, y descubrí un nuevo Freire dentro de la Francofonía. La Cátedra UNESCO de Democracia, Ciudadanía Global y Educación Transformadora (DCMÉT) se basa, en gran parte, en las ideas transformadoras de Freire.

La pedagogía crítica ha evolucionado y se ha desarrollado en diversas áreas que eran menos prominentes cuando Freire escribió su libro fundacional. Por ejemplo el hip-hop, los estudios indígenas, la educación contra el racismo, el medio ambiente, la cultura popular, los estudios de medios, el aprendizaje servicio y muchos otros. Existe un cuerpo de literatura amplio, creciente e influyente que se basa en la obra fundamental de Freire y la escuela de Pedagogía Crítica, al que Henry Giroux, Donaldo Macedo, Sonia Nieto y muchos otros han contribuido enormemente.

Quienes conocieron a Paulo Freire han sido elocuentes y apasionados hablando y escribiendo sobre la bondad y la empatía de ese ser humano, así como por el análisis y la teorización perspicaces y profundamente críticos que desarrolló, comprometiéndose con personas y luchas en varios rincones del mundo. Muchos han subrayado que no deseaba ser venerado, ni aspiraba a serlo, y que su alegría y amor por buscar un reequilibrio de una hegemonía social, económica, política y epistemológica profundamente arraigada lo llevaron a través de diversos y múltiples espacios y contextos.

Su noción de amor radical y conscientizaçao (conciencia crítica) nos ha ayudado a muchos de nosotros a comprender quiénes somos, o quiénes podríamos ser y, lo que es más importante, cómo trabajar con otros para crear y desarrollar sistemas, sociedades y educación para todos y todas. Participar en un diálogo —constructivo, deliberativo, participativo y transformador— requiere de las profundidades internas de la humildad para transformar nuestras realidades vividas, y esto es parte del pensamiento conceptual que Freire ha impartido a lo largo de su obra y de su vida.

La humildad es lo que retengo y percibo a lo largo de las teorías, los libros y las ideas de Freire. Esto no es una metodología, ni un sistema de valores superficial; es un estilo de vida, un leitmotiv, un marco conceptual. Para mí, todo Freire y la escuela de la pedagogía crítica, me proporcionan una razón para seguir luchando, en solidaridad; para plantear preguntas, para comprometerme con los demás y para no olvidar, disminuir o suavizar la razón central del significado de educación. Para comprometerse con tales ideas sobre la experiencia vivida, la marginación, la explotación, la opresión y la reproducción de las relaciones de poder, se requeriría mucha humildad y coraje, y esto es, quizás, algo que todos necesitamos, y que Freire tan bien elucidó y señaló  a través de sus escritos y acciones.

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