- ¿Quién?
Me llamo Pilar Lucía López. Soy pedagoga y orientadora de jóvenes y familias.
Me encanta leer buena literatura y escribir novelas y relatos. Soy madre de una hija y un hijo y disfruto de la naturaleza y de la buena compañía. Me preocupa bastante lo torcido que anda el mundo. Intento aportar un poco de equilibrio aunque sea pequeño. Por eso participo en la vida social y también practico el yoga desde hace muchos años.
- ¿Dónde?
He trabajado en la educación pública 40 años en Madrid. Ahora, ya jubilada, sigo aportando mi experiencia a los jóvenes, profesores y familias que me lo demandan a través de cursos. Participo en programas para mejorar la convivencia en los centros educativos y el respeto a la diversidad.
- Un logro profesional.
De todas las actividades que he realizado en distintas escuelas o institutos quizá la más importante haya sido escuchar individualmente a los niños y jóvenes con los que me he cruzado. Y sobre todo trabajar la pedagogía de la potenciación, es decir la esperanza de lo que pueden llegar a ser. Y por supuesto siempre desde el afecto y la motivación. Sin amor no puede haber verdadera educación.
- Un reto profesional.
Ser siempre aprendiz de algo nuevo. Seguir haciendo lo que me gusta: educar, orientar, acompañar. Colaborar a extender el feminismo en la práctica diaria es otra meta que siempre me he marcado. Y seguir escribiendo novelas que lleguen a emocionar a quien las lea y les ayude a pensar.
- Un consejo para el profesorado.
A los nuevos profesores y profesoras siempre les digo que para enseñar a Juan, hay que conocer a Juan. Es decir que cada alumno y alumna merece un gran respeto y es una persona singular que viene con su biografía en la mochila escolar. Y por supuesto que le descubra a cada uno/a su enorme potencial de desarrollo.
También les hago hincapié en la responsabilidad de educar ciudadanos y ciudadanas con valores morales que defiendan los derechos humanos. Creo que la escuela tiene una gran responsabilidad en mejorar la sociedad.
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