Los proyectos de centro: El reto de la escuela rural

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Mª Lourdes Alcalá Ibáñez
Inspectora de Educación en Aragón. Profesora asociada Universidad de Zaragoza

El siglo XXI ha traído consigo un nuevo modelo de sociedad, que se presenta como un reto a asumir y para el que la escuela debe estar preparada. Las posibilidades que ofrece un mundo globalizado y la rapidez con la que se están produciendo los cambios afectan a la misma concepción de la sociedad, a los valores, a la cultura y también a las relaciones que se establecen con el entorno más próximo (Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico [OCDE], 2022). En este sentido, el papel de la escuela rural será fundamental para mantener el patrimonio social y cultural que caracteriza al territorio rural y para abordar las problemáticas sociales y económicas que amenazan la ruralidad, como la despoblación de ciertas áreas rurales (Abós et al., 2021). Por tanto, es fundamental que los centros contemplen la dimensión territorial en sus proyectos educativos para el fomento de la justicia social en cada zona rural.

Desde los años ochenta, las administraciones educativas han aplicado políticas positivas hacia la escuela rural para favorecer la igualdad de oportunidades de los alumnos y alumnas de los pueblos. Estas políticas se tradujeron en la creación de los Colegios Rurales Agrupados (CRA), como un modelo organizativo que contemplaba proyectos de centro vinculados al territorio (Alcalá, 2019).

Las escuelas se han modernizado. Muchas cuentan con buenas infraestructuras y con recursos tecnológicos necesarios para afrontar los retos de una sociedad globalizada. Las ratios de alumnos por clase son reducidas, lo que facilita una educación personalizada y una estrecha relación con las familias. Sin embargo, en la escuela rural actual se están acentuando tres tendencias preocupantes: por una parte, la despoblación hace que cada vez haya menos alumnos en las aulas, con un porcentaje elevado de alumnado inmigrante de niveles socioeconómicos bajos, y, por otra parte, cada vez más docentes se marchan de estas escuelas, convirtiéndose la movilidad del profesorado en un grave problema (Alcalá et al., 2014) y, por último, se está experimentado una pérdida de identidad y desconexión con su territorio debido a la adopción de criterios organizativos y pedagógicos propios de las escuelas urbanas (Carrete-Marín et al., 2022).

Para optimizar los recursos con los que contamos y conseguir el desarrollo de proyectos globales vinculados al territorio, es necesario que las administraciones establezcan planes e incentivos para fijar a los profesores en destinos del medio rural. También que los agentes externos que trabajan de forma directa y continua con los centros educativos, coordinados por la Inspección de Educación, proporcionen a los equipos docentes el apoyo necesario para la búsqueda de proyectos educativos innovadores, fundamentados en el territorio al que pertenece la escuela, que sin duda es una de las claves del éxito de los alumnos y alumnas en la escuela rural (Alcalá, 2019).

En consecuencia, en el contexto actual de grandes retos globales, nunca había sido tan urgente plantear la educación en entornos rurales desde abajo, desde el contexto, desde las necesidades de las comunidades educativas. Repensar la enseñanza a nivel micro, enfocada en el contexto de centro, en los docentes y en el alumnado, hasta llegar a la individualización del aprendizaje, tal y como establecen los principios del diseño universal del aprendizaje. Y, por último, a nivel macro, el desafío compartido de los docentes es implementar en el aula las estrategias de aprendizaje que tengan un impacto más positivo en el alumnado (Alcalá et al., 2023).

Las evidencias e investigaciones científicas nos indican que el éxito educativo depende de la capacidad de transformación que tengan los proyectos educativos para cambiar el aula. Estos deben facilitar a los estudiantes la adquisición de nuevas competencias y habilidades para hacer frente a los retos del siglo XXI, tal y como lo manifiesta el último informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, 2022).

La implementación y desarrollo curricular de la LOMLOE plantea un desa­fío a todos los centros educativos, especialmente en el ámbito rural, donde es necesario elaborar proyectos educativos que puedan identificar, analizar y abordar la diversidad existente en cada aula. En este contexto, es importante considerar el perfil de salida como un elemento transversal del currículo que busca desarrollar las competencias clave del alumnado, conectándolas con los retos del siglo XXI.

En el nuevo escenario, la escuela rural debe reinventarse y convertir su propio modelo educativo en una oportunidad para dar respuesta a todo el alumnado y crear una escuela inclusiva. Este modelo se caracteriza por tener aulas multinivel con estudiantes de diferentes edades y culturas, bajas ratios, un entorno cercano y conocido por estar cerca de la naturaleza, y estrechos vínculos entre la familia y la escuela, así como valores compartidos que crean una cultura común.

Para que sea posible es esencial diseñar proyectos educativos inclusivos, que estén en sintonía con el territorio y permitan abordar la diversidad presente en las aulas. De esta manera, se pueden establecer estrategias y acciones que fomenten el desarrollo de las competencias y habilidades necesarias para que los estudiantes alcancen el perfil de salida deseado.

Algunos estudios destacan que no estamos aprovechando el contexto rural y sus condiciones para lograr prácticas inclusivas. Por tanto, el reto es avanzar en metodologías que favorezcan la inclusión y contemple la heterogeneidad de las aulas como una seña de identidad en los proyectos rurales (Callado et al., 2015). Lograr esto no es una tarea fácil, exige una verdadera transformación, en la cual, y teniendo como referencia el Index for inclusión, necesitamos políticas culturas y prácticas inclusivas (Booth, 2015).

CONCLUSIÓN
En conclusión, la escuela rural se enfrenta al desafío de desarrollar proyectos educativos que aborden no solo las necesidades del alumnado en el aula multigrado, sino que también consideren los factores territoriales de las comunidades a las que pertenecen, asegurando así su sostenibilidad a largo plazo. Para lograrlo, es necesario crear relaciones con el entorno y aprovechar sus múltiples oportunidades didácticas, así como consolidar la comunidad escolar interna, compuesta por el alumnado, familias y docentes.

Asimismo, los proyectos educativos deben partir de la comunidad, convirtiendo al pueblo en una escuela. Lograr la implicación emocional del alumnado con el pueblo y hacer que la escuela sea un lugar de encuentro para toda la población son algunas de las potencialidades de la escuela rural. Por lo tanto, es fundamental que el territorio y los elementos de la dimensión territorial se conviertan en un importante centro de interés en las prácticas educativas, y se expongan y difundan a través de los proyectos educativos inclusivos. De este modo, se evidenciará la función de la escuela rural como generadora de capital social y agente relevante en el desarrollo del territorio.

Abós, P., Boix, R., Domingo Peñafiel, L., Lorenzo, J., y Rubio, P. (2021). El reto de la escuela rural: Hacer visible lo invisible (Vol. 54). Graó.
Alcalá, M. L. (2019). Educar en el entorno: el pueblo como escuela. Cuadernos de Pedagogía.
Alcalá, M. L. y Gasque, R. (2023). ¡Hagamos el pino! Otra forma de programar. Supervisión 21, 67(67).     https://doi.org/10.52149/Sp21/67.12
Alcalá, M.L. y Castán, J.L. (2014). ¿Hacia dónde camina la escuela rural? Revista Forum Aragón, 11, 17-21.
Booth, T., Simón, C., Sandoval, M., Echeita, G., y Muñoz, Y. (2015). Guía para la Educación Inclusiva. Promoviendo el aprendizaje y la participación en las escuelas: Nueva edición revisada y ampliada. REICE. Revista Electrónica Iberoamericana sobre Calidad, Eficacia y Cambio en Educación, 13(3), 5-19.
Callado, J. A. C., Molina, M. D. M., Pérez, E. P. y Rodríguez, J. R. (2015). La Educación Inclusiva en los colegios de zonas rurales. New aproaches in educational research, 4(2), 115-123.
Carrete-Marín, N. (2022). ¿Cómo se sitúan las escuelas rurales catalanas ante la dimensión territorial? Una mirada desde sus proyectos de centro. Aula Abierta, 51(4), 367-374.
OECD (2018). Education at a Glance 2018: OECD Indicators, OECD Publishing, Paris, https://doi.org/10.1787/eag-2018-en.
UNESCO, O. (2022). Reimaginar juntos nuestros futuros. Perfiles Educativos, 44(177), 200-212.

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