Gina Thésée. Profesora Asociada. Departamento de Educación y Pedagogía de la Universidad de Québec en Montreal (UQAM), Canadá
¿Quiénes son los «oprimidos» en la Pedagogía del Oprimido de Paulo Freire? En todo el mundo, son los condenados de la tierra; los colonizados de las tierras de ultramar; las mujeres maltratadas, violadas o feminizadas; los proletarios explotados, descalificados o invalidados; esas poblaciones bombardeadas, hambrientas y expulsadas; los discriminados, marginados o excluidos; esos niños no amados, abandonados y privados de las necesidades básicas; esos empobrecidos afligidos por la injusticia y condenados a la indigencia; esos «Indignados» cuyas denuncias son ridiculizadas, o sencillamente ignoradas; esos descendientes de esclavos que se asfixian bajo la máscara del racismo sistémico, sistemático y crónico; esos migrantes cuyos cuerpos son privados de dignidad, vivos o muertos; esos seres humanos necesitados de vida ante la violencia cotidiana, ordinaria y banal que nos envuelve sin tregua ni arrepentimiento. Los oprimidos, es toda la humanidad despojada, amenazada, humanicida…
La Pedagogía del Oprimido de Paulo Freire es la articulación de las palabras en los males del mundo, es la articulación de las palabras en la ira del mundo. Esta rabia brota como una lluvia contundente y espesa, para regar mejor el pensamiento social, para agudizar mejor el activismo y elevarlo como un grito de ¡Oprimidos! En todas las latitudes, la rabia de Paulo Freire fue escuchada y sigue siendo escuchada por los oprimidos desde hace más de medio siglo. Mi propia rabia, denigrada, invalidada y sofocada, la de una persona que es a la vez mujer y negra, ¡está en busca de su grito!
¡Es con su rabia que Paulo Freire esculpe la conciencia social en su dimensión crítica, política, ética y práctica! Es en su ira que Paulo Freire extrae la energía cívica necesaria para la transformación de las realidades sociales distópicas y la emancipación de los oprimidos. Es de su rabia que Paulo Freire se sumerge en la acción social emprendida para reconfigurar la difícil praxis dialógica y dialéctica que es parte integrante del proceso de emancipación. Es con su rabia que Paulo Freire denuncia las relaciones sociales impregnadas de dominación, opresión, violencia. Y es gracias a su rabia que Paulo Freire construye su pedagogía de la Indignación, del Amor, de la Esperanza y de los Sueños, caminando juntos, en el camino de/para la Educación, hacia la necesaria Utopía de una democracia.
La Pedagogía del Oprimido de Freire resulta ser una pedagogía de la ira. En este sentido, se hace eco del pensamiento de Audre Lorde, que considera la ira como una poderosa fuente de conocimiento y empoderamiento. ¿Cuáles son las ontologías, axiologías, epistemologías y praxis que Freire aporta a una pedagogía de la ira? En un contexto de dominación, opresión y deshumanización como el descrito y denunciado por Freire, la pedagogía de la ira es, ontológicamente, una lucha radical librada en solidaridad plural con los oprimidos contra las dinámicas de dominación y opresión, así como contra toda la violencia ejercida por los individuos, las instituciones y la sociedad de forma sistémica. En consecuencia, una pedagogía de la ira pretende transformar las realidades sociales distópicas que viven los oprimidos (violencia, descalificación, injusticia social y ambiental, marginación, exclusión) y la emancipación de las personas. Una epistemología de la ira se nutre de diversas fuentes teóricas críticas, como el feminismo, el antirracismo, el decolonialismo, el indigenismo, el ecofeminismo, para deconstruir mejor el contexto de opresión y re y coconstruir el conocimiento transformador y la emancipación. En su praxis política, crítica y ética, al mismo tiempo, una pedagogía de la ira plantea la centralidad del diálogo (alteridad, autenticidad, confianza, compañerismo) y su dialéctica (yuxtaponer la tensión de los polos opuestos, las contradicciones). Esto puede parecer paradójico, y este es precisamente el gran reto de dicha pedagogía: superar las contradicciones. Combinar la ira y el diálogo, las contradicciones y la dialéctica, la denuncia y la anulación, liberarse y, al hacerlo, liberar a su opresor. Para ello, una pedagogía de la rabia se inscribe inmediatamente en una perspectiva filosófica radical, de despertar (Awakening), de seres despiertos («Woke») y de vigilancia (Awareness), de un sujeto social a una conciencia sociocrítica frente a la violencia vivida por los oprimidos. La pedagogía de la ira está impulsada por un doble imperativo ético: el «deber de la ira» y el «deber del amor radical». Más allá de la aparente paradoja, estos dos tensos imperativos éticos son quizás el punto de partida de una verdadera educación transformadora y emancipadora. Pensando y agradeciendo a Paulo Freire su visión, su obra y su vida inspiradoras.
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