Ángela García-Pérez, Author at Innovamos

“Ciudades Amigables para todas las personas pretende potenciar la conciencia cívica en Accesibilidad Urbana”. ¿Cómo? “Adolescentes y personas con movilidad reducida mapean juntas su entorno (compartiéndolo en OpenStreetMap) y plantean propuestas de mejora (mediante un informe de accesibilidad)”. Además de Diego Lastra, Marian Andrés, Javi Cueva, Esti Sánchez, Sonia Acero, Jone… ya han participado 1.000 personas, aportando cada centro educativo un plus diferente. A través del proyecto piloto hasta 2015, fueron los primeros 100 en Euskadi quienes nos dieron las “pistas” para diseñar este ciclo de reflexión-acción. Sin reflexión sistematizada en cada fase, la acción corría el peligro de desvincularse del “para qué”, de perder su significado o incluso ser contraproducente (¡cuidado! La compasión es necesaria, pero no suficiente). Sin acciones concretas vinculadas a la reflexión, incluso en los seminarios de testimonios, esta “no llega” a nuestra juventud, “no dice nada”. Como en tantos otros ejemplos de Aprendizaje Servicio (ApS), en los que Aprendemos por Proyectos (ABP) con un fin solidario, es imprescindible el enfoque de los Derechos Humanos. En este proyecto de Ciudades Amigables reivindicamos el Derecho a la Accesibilidad Universal (en este caso desde la concreción en lo urbano en la dimensión de movilidad) y, también, el Derecho a la Ciencia. ¿A qué llamamos Derecho a la Ciencia? ¿Se trata “solo” de acceder a ella? En ocasiones, ser parte del conocimiento creado es todo un logro (ser “visibilizada/o”, garantizar la “presencia”), pero más aún lo es formar parte del proceso científico al beneficiarnos de ella (“aprendizaje”) y/o al participar en su desarrollo e incluso al co-liderarlo (“participación”). ¿Qué mejor manera de potenciar vocaciones científicas y solidarias que practicando ciencia solidaria? Por supuesto, un proyecto de ApS puede (y me atrevería a decir debe) reunir ciencia y solidaridad. Ciudades Amigables es un ejemplo más. Algunas de nuestras claves para potenciar este encuentro solidario-científico son el uso de herramientas en abierto (software libre y repositorios de material didáctico); la colaboración intercomunitaria (equipos de personas expertas trabajando juntas en diferentes espacios, desde las entidades de discapacidad, asociaciones de personas mayores, Administración Pública, colegios concertados y públicos, institutos, diferentes facultades, etc.) y la interdisciplinariedad (por ejemplo, con unidades didácticas creadas para todas las asignaturas en 4º ESO revirtiendo en un mismo informe). Desde nuestra experiencia, os compartimos algunas cuestiones: ¿Centros educativos más #inclusivos versus más #competitivos? ¿Por qué enfrentar ambas aspiraciones? ¿Quiénes son nuestros protagonistas pedagógicos? ¿Es realmente el alumnado? ¿De verdad? Y, además, ¿no lo podría/debería ser también la comunidad participante? ¿Cómo acompañar a/en nuestra comunidad? Desde los centros promotores de ApS, desde las universidades y desde cualquier centro educativo y/o social practicante de ApS, tenemos el reto de acompañar a nuestros “colaboradores” (mejor que “destinatarios”). Puede ser nuestro alumnado quien precisamente empodere a los diversos colectivos en #CienciaCiudadana. Impacto de este proyecto en el alumnado, profesorado y en la comunidad Aproximación al método científico e incremento de su motivación, especialmente en quienes se encuentra en situaciones de riesgo de fracaso escolar. “Soy útil y necesario”. El aprendizaje competencial en contenidos-habilidades-valores fomenta su compromiso cívico en Accesibilidad Urbana. Reconocimiento frente a su alumnado: responden con experiencias de aprendizaje significativo a la temida pregunta “¿Y esto para qué sirve?” Reconocimiento frente a la comunidad educativa: co-generan y testan unidades didácticas interdisciplinares (coordinación y compilación elaborada por Mikel Gómez Goiri). Reconocimiento frente a la comunidad: acercamiento a otras realidades e invitación a contribuir a su currículum. Mejoras directas en el entorno y, sobre todo, en las personas que conocen de manera directa/indirecta a los participantes. Transformación en las personas, rompiendo estereotipos sobre la accesibilidad (“No me daba cuenta de que esto está peor de lo que parece y es cosa de todos”) o sobre la acción emprendida por colectivos no acostumbrados a ser visibilizados participando cívicamente (“¿Quién dice que la juventud está perdida?”). Transformación el entorno: productos y procesos generados por los estudiantes en colaboración con las personas voluntarias con movilidad reducida, como los datos compartidos en abierto en OpenStreetMap, los informes ante su ayuntamiento, o los cambios iniciados en sus colegios, como rampas de acceso. Nuevos retos La adecuación a otras etapas (solicitudes desde Primaria). La capacitación online a educadores (docentes ESO, FP, universidad), con un mayor efecto multiplicador en diferentes entornos. Nuevas modalidades de “ApS online” en las que el grupo educando pueda realizar parte de su aprendizaje competencial y/o de su servicio solidario a través de plataformas que potencien el encuentro. Un ejemplo a explorar a futuro: análisis de OpenStreetMap y propuestas de uso de los datos compartidas en foros online y videoconferencias junto a sus pares en otros entornos geográficos, como ya se planteó en la asignatura de Alemán en el Colegio Europa (Getxo). De hecho, sería muy pertinente, ya que además en Alemania fue donde se inició la capa de accesibilidad en OpenStreetMap que continúa siendo alimentada a nivel internacional: Wheelmap. Os invitamos a documentar audiovisualmente vuestros proyectos innovadores y a recoger evidencias. Mejor aún creando equipo, aprovechando recursos compartidos y haciendo especialmente partícipes a nuestro alumnado. Esto favorecerá el impacto en el aprendizaje y en el servicio solidario, y atraerá reconocimientos que permitirán sostenibilizar o incluso escalar vuestra iniciativa.

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Ciudades Amigables: ¿puede un proyecto de ApS reunir Ciencia y Solidaridad?