Si tuviéramos que describir en qué consiste la inclusión, tendríamos que decir que la inclusión básicamente es asistencia, participación y aprendizaje de todo el alumnado, poniendo especial atención en aquellos grupos en peligro de ser marginados, excluidos o con riesgo de no alcanzar un rendimiento óptimo.
El término hace referencia a una transformación progresiva de los sistemas educativos, orientada a que estos provean una educación de calidad a todas las personas por igual y adaptada a la diversidad.
Una de las estrategias que utiliza la escuela inclusiva para superar las barreras del aprendizaje y la participación es el Diseño Universal del Aprendizaje (DUA).
En este marco de referencia, las palancas para la inclusión son acciones significativas en las que apoyarse para hacer evolucionar las prácticas en la escuela. Estas palancas o puntos de apoyo son clave para que el proceso inclusivo avance y se consolide en una organización educativa, ya sea escolar o de tiempo libre educativo.
El Aprendizaje-Servicio puede ser un magnífico punto de apoyo, una palanca de excepcional valor para llevar adelante propuestas educativas inclusivas donde todo el alumnado participe en torno al proyecto común a través del llamado Diseño Universal de Aprendizaje.
La concepción más común sobre lo que es el Aprendizaje-Servicio es que se trata de una propuesta educativa, que combina procesos de aprendizaje y de servicio a la comunidad en un mismo proyecto, en el que las y los participantes aprenden a la vez que trabajan en necesidades reales de la comunidad con la finalidad de mejorarla.
En un contexto de una gran diversidad, los proyectos de Aprendizaje-Servicio permiten asignar a cada cual un papel protagonista, siendo así inclusivos. En ese empeño, cada cual pone en contribución todo su saber, su saber hacer, sus destrezas y su compromiso. También desarrolla aprendizajes concretos vinculados al currículo escolar o formativo de la entidad.
Hay numerosos proyectos de Aprendizaje-Servicio que aprenden y tratan de prestar un servicio a colectivos en riesgo de exclusión, a personas con discapacidad, etc. Conocemos también proyectos de personas con diversidad funcional que aprenden y prestan servicios a la comunidad.
Es necesario dar un paso más planteando proyectos de Aprendizaje-Servicio desde una óptica inclusiva, diseñándolos desde los requerimientos del Diseño Universal de Aprendizaje, donde todo el alumnado de un grupo actúe en un proyecto común aportando cada cual sus conocimientos, capacidades, competencias…, y donde se trabaja en común desarrollando procesos de ayuda mutua, de apoyo entre iguales en los aprendizajes y en la construcción del proyecto de servicio común.
Es por esta razón que el Aprendizaje-Servicio es una potente palanca que favorece la inclusión.
Para saber más:
Mel Ainscow y Tony Booth (2015). Guía para la educación inclusiva. Desarrollando el aprendizaje y la participación en los centros escolares. OEI / FUHEM. http://www.consorcio-educacion-inclusiva.es.
Echeita Sarrionandia, Gerardo; Ainscow, Mel (2011) La educación inclusiva como derecho: marco de referencia y pautas de acción para el desarrollo de una revolución pendiente. Revista de Didáctica de la Lengua y la Literatura 12 (2011): 26-46. Consejería de Educación y Cultura del Gobierno de Extremadura.
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