Empezamos por algo muy fácil, buscamos en Google y nos encontramos con un apartado de otras preguntas de los usuarios en el que la primera dice: ¿Qué es la escuela rural?
“Se consideran Escuelas Rurales aquellos centros de Educación Infantil y Educación Primaria localizados en zonas rurales, con unidades multigrado, es decir, con menos de 9 unidades, en las que una maestra o maestro imparte docencia en más de un curso al mismo tiempo.”
Es una respuesta que tiene en cuenta el carácter pedagógico, pero deja sin determinar lo que se entiende por zonas rurales, y, teniendo en cuenta que lo rural es un producto complejo (Molinero, 2019), tanto en el grado de ocupación del territorio(1), como el grado de dinamismo o regresión(2), nos atrevemos a presentar un concepto de escuela rural con el que llevamos trabajando en el ámbito de la investigación pedagógica en los últimos años en el que tenemos en cuenta los siguientes factores:
- La talla poblacional, por lo que los territorios rurales en los que nos encontramos escuelas rurales son siempre municipios u otras entidades menores de 2000 habitantes(3).
- Las etapas educativas, haciendo referencia a centros educativos que acogen el segundo ciclo de Educación Infantil y la etapa de Educación Primaria.
- La organización administrativa, que, teniendo en cuenta la descentralización educativa del Estado español, presenta una diversidad entre CCAA, así como dentro de cada una de ellas(4).
- La estructura pedagógica que implica la existencia de aulas multigrado a las que asiste alumnado de diferentes cursos (grados) bajo la supervisión de un único tutor o tutora.
Factores todos ellos que conjugamos en una idea básica: las escuelas rurales son, ante todo escuelas, es decir, centros educativos, que están ubicadas en territorios rurales heterogéneos y diversos, de los que forman parte como uno de sus componentes.
De este modo, escuela y territorio rurales se constituyen en un tándem fundamental en el que el acceso al derecho a la educación convierte a la escuela en un servicio público fundamental como motor de desarrollo territorial, fundamental pero no suficiente.
En este marco y acercándonos a las características y necesidades de escuelas y territorios, planteamos algunos de los desafíos a los que nos enfrentamos(5), en la defensa de la importancia
de que la calidad de la educación que se imparta en las primeras está en estrecha relación con la asunción de la dimensión territorial que tienen.
Empezamos por la descripción:
La escuela rural es una escuela con una fisonomía propia, pero diversa, adaptada a las necesidades y estructura de los territorios rurales, que son también diversos, y cuya columna vertebral es la consideración de la educación como servicio público, así como la importancia de la comunidad, tanto para una educación de calidad, como para un desarrollo territorial cohesionado que pueda contar con un capital social suficiente. Además, los recursos patrimoniales de los territorios permiten un aprendizaje contextualizado que posibilita una mayor identidad en un marco general de transformación social con la presencia de procesos de innovación.
De este modo, escuelas y territorios rurales comparten características:
- La consideración de la educación como servicio público fundamental.
- La población (alumnado) como eje básico de la prestación del servicio público educativo.
- El valor de la diversidad de edades, culturas, paisajes, recursos…
- La importancia de la comunidad educativa y local en el diseño de proyectos conjuntos.
- El valor del patrimonio como recurso pedagógico y de desarrollo territorial.
- La existencia de proceso de cambio, innovación y mejora.
- Las personas como eje de los procesos de transformación.
- La colaboración como base del aprendizaje y el desarrollo.
Seguimos profundizando a través de la valoración:
Los diferentes modelos organizativos de escuelas rurales, aunque necesarios, precisan de una evaluación rigurosa que permita la obtención de evidencias sobre su adaptación a las modificaciones educativas y territoriales, potenciando la autonomía de los centros educativos.
Además, se precisa de una mayor implicación de las administraciones públicas a través de normativas específicas y/o adaptadas, una mejor dotación de infraestructuras y servicios, una formación del profesorado que tenga en cuenta la escuela rural y el aprendizaje a lo largo de la vida y el fomento del trabajo en red, todo ello a través del diseño de políticas públicas de carácter transversal.
De este modo, escuelas y territorios rurales comparten necesidades:
- La presencia y accesibilidad a servicios públicos e infraestructuras de calidad.
- La evaluación de modelos y políticas.
- El aprendizaje a lo largo de la vida.
- La conciliación familiar.
- El diseño y desarrollo de políticas transversales, concretadas en normativas específicas.
- El trabajo en red.
Y llegamos a los desafíos:
El futuro de una escuela rural de calidad pasa por el conocimiento y la defensa de sus características definitorias enmarcadas en territorios diversos que precisan una custodia intencional. La participación de las comunidades educativa y local en el diseño de proyectos educativos y territoriales fomentará el sentimiento de pertenencia y convertirá a la escuela en creadora de un capital social comprometido y que se apropia de las posibilidades de las tecnologías del aprendizaje y la comunicación para la visibilidad de los recursos y la cultura, así como su utilización como fuente de riqueza.
De este modo, escuelas y territorios rurales comparten retos, desafíos y oportunidades:
- La visibilidad y puesta en valor de la diversidad y las características definitorias.
- La retención de talento a través del fomento del aprendizaje a lo largo de la vida.
- La educación en la identidad, el arraigo y la pertenencia.
- La innovación y la sociedad de la información dirigidas hacia la transformación y la mejora.
- La promoción de políticas de abajo arriba.
- La defensa de recursos y patrimonio.
- El desarrollo de proyectos de evaluación e investigación.
- El fomento de intercambio de experiencias y buenas prácticas
El valor de la escuela ubicada en territorios rurales adquiere un nuevo sentido si la consideramos como motor de transformación de estos últimos apoyándose en un nuevo paradigma educativo que, entre otras cosas, fomente el aprendizaje significativo a través de un currículum contextualizado, en el que lo local sea el primer paso hacia lo global reconociendo su cultura como seña de identidad imperecedera, que ponga la justicia social y la calidad en su centro de acción, que favorezca la participación de la comunidad educativa y de los agentes sociales, que genere contextos de convivencia colaborativa y de compromiso, que crea en la excelencia y en el talento, que atienda a la diversidad con propuestas inclusivas y que promueva el desarrollo de una identidad adaptada a las nuevas realidades locales, estatales e internacionales.
Solo así se podrá frenar la DESpoblación y posibilitar la Repoblación.
- Delimitaciones poblacionales y densidad de población.
- Distancia a zonas urbanas, población ocupada y comunicaciones.
- En realidad, la mayoría se encuentran en localidades menores de 1000.
- Escuelas agrupadas en un solo centro (CRA, CPR…); escuelas agrupadas, pero con autonomía administrativa (ZER, CER, zonas…), centros de infantil y primaria no agrupados (unitarias, cíclicas…),
- Proyecto “La escuela rural: un servicio básico para la justicia social y la equidad territorial en la España con baja densidad de población”. PID2020-115880RB-I00. MCIN: Ministerio de Ciencia e Innovación.
Deja un comentario