El tipo de jornada escolar en los centros educativos es un tema recurrente en los medios de comunicación y se suelen dar unas premisas que no siempre responden a la realidad educativa.
Estos son algunos de los puntos que me gustaría destacar sobre el tipo de jornada escolar:
¿Mejor jornada partida que continua?
De momento, no hay estudios concluyentes que vinculen mejoras de rendimiento del alumnado a un tipo u otro de jornada.
Algunas investigaciones apuntan a que la jornada partida está asociada a mejores resultados y existen otros estudios que indican lo contrario. Incluso hay pediatras que aseguran que la curva general de atención se acerca a la organización de jornada partida por- que la mayor fatiga y menor capacidad de atención tienden a darse a última hora de la mañana.
Algunas de las ventajas que aporta la jornada continua es que permite a los alumnos y alumnas tener un tiempo de descanso después de comer para que a continuación puedan dedicarse a re- alizar actividades de ocio como deporte o lectura o juego con sus amigos, a re- alizar algún tipo de actividad de refuerzo escolar o para afianzar sus conocimientos o dedicar tiempo a la familia.
Aunque sí existe la evidencia del impacto positivo que tiene la permanencia en el centro educativo en términos académicos y socioemocionales para el alumnado de ámbitos vulnerables. La permanencia en el centro educativo no tiene que ver tanto con el horario lectivo del alumno sino más con la parte no lectiva y asistencial.
¿El centro tiene que conciliar la vida familiar?
La conciliación consiste en que la familia pase más tiempo junta, no para que los niños estén más tiempo en el centro educativo. Por tanto, la conciliación no debe recaer únicamente en los centros educativos. Engloba más ámbitos como el empresarial para flexibilizar las jornadas laborables y el administrativo para modificar permisos y licencias que facilite la conciliación y exista una amplia posibilidad de becas para el servicio de comedor y las actividades extraescolares que ayuden a las familias a gestionar la logística familiar sin que suponga un gran coste eco- nómico.
Por un lado, la jornada partida obliga a las familias no becadas a hacer un gasto extra de comedor, o a tener que recoger a sus hijos al mediodía para llevarlos a comer a casa y regresarlos al centro por la tarde para que terminen la jornada escolar.
Y la jornada continua impone a las familias a recoger a los alumnos sobre las 14 horas. Si las familias económica- mente se lo pueden permitir pueden alargar la estancia en el centro educativo con el servicio de comedor y con actividades extraescolares.
En los centros donde las AMPAs están organizadas y bien dotadas son capaces de gestionar sus extraescolares. Pero hay centros donde esto no ocurre con un alumnado más vulnerable, que tienen las rentas bajas o alum- nos con necesidades educativas y de apoyo.
Esta manera de organización escolar hace que las familias con menos re- cursos económicos sufran las consecuencias de la conciliación.
Los profesores cuidadores
En ocasiones existen conceptos erróneos como que los docentes deben hacerse cargo de las necesidades asistenciales del alumnado y sus familias. Tampoco se tiene claro qué es un profesor y la naturaleza de nuestra profesión. Y a esto se añade la confusión de horario laboral del docente con el horario lectivo. El reflejo es la escasa valoración del proceso de enseñanza-aprendizaje.
Que se tome la iniciativa de ampliar el horario de los centros educativos para compensar las dificultades y problemáticas de determinado alumnado e incluso para permitir la conciliación de algunas familias resulta positivo y si esta ampliación de apertura del centro re- percute en el equipo directivo y de manera voluntaria en algunos docentes tiene que compensarse con un complemento salarial.
La mejor apuesta social y de futuro es la inversión en Educación. Hay que adoptar una serie de medidas inmediatas que ofrezcan alternativas suficientes para combatir los verdaderos problemas que tiene la educación en este país como el fracaso escolar y el abandono educativo temprano a través de una formación académica solvente y de calidad para todo nuestro alumnado.
El profesorado sigue siendo una asignatura pendiente de las reformas educativas. No habrá ninguna mejora posible para la educación en España mientras no se reconozca y valore la verdadera profesionalidad de los docentes, por ello desde ANPE exigimos la elaboración de un diseño de la profesión docente y un Estatuto de la Función Pública Docente.
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