El diagnóstico socioeducativo al servicio de las Comunidades de Aprendizaje

Norma Aideé Castillo U.Profesora-Investigadora de la Escuela Normal Superior de Obregón (Sonora, México)
Norma Aideé Castillo U.
Profesora-Investigadora
de la Escuela Normal Superior de Obregón
(Sonora, México)

Cumplir con la misión de educar individuos en el Ser, Saber, Hacer y Convivir en un marco axiológico y de conductas éticas, requiere traducirse en acciones administrativas y pedagógicas que doten a las y los estudiantes de herramientas para identificar, comprender y gestionar las problemáticas o situaciones que les afectan derivadas de las circunstancias propias de los entornos.

En este sentido, son ya numerosos los autores que promueven el análisis de la educación desde una perspectiva compleja con una visión humanista, multidimensional, inclusiva, intercultural como un reconocimiento a la universalidad que ésta debe poseer y que requiere de posturas que formen para la incertidumbre y el cambio constante, la diversidad, el cuestionamiento y el error como la oportunidad de aprender y cuestionar lo aprendido. Asimismo, debe estimular el desarrollo de las capacidades para el abordaje de problemas propios del entorno, desde una perspectiva de transformación y mejora continua.

A diferencia de la escuela tradicional, la Nueva Escuela (NE) apuesta por un modelo educativo que entrelace la vida social del contexto con la vida escolar en una dinámica incluyente, entendiendo que no educa sólo el maestro al explicar contenidos académicos, sino que hay procesos que no permiten perder de vista que es imprescindible la colaboración del colectivo para lograr mejores niveles de aprendizaje del estudiantado, con la colaboración de todos en un proyecto común.

Se entiende el Diagnóstico educativo (DE) como un proceso de indagación científica, apoyado en una base epistemológica y cuyo objeto lo constituye la totalidad de los sujetos o entidades considerados desde su complejidad y abarcando la globalidad de su situación, incluyendo en su proceso metodológico la intervención educativa perfectiva.

Entender el Diagnóstico educativo como una actividad científica de indagación, cuyo objeto de estudio son los sujetos o educandos y las instituciones ubicándolas en su situación global, supone la actividad de intervención como el propósito principal del diagnóstico, en el que aparecen dos actores principales, el alumno o alumna y la maestra o maestro, y con tres funciones básicas: preventiva, predictiva y correctiva. Así, una vez realizado y obtenidos los resultados sobre las posibilidades y limitaciones del sujeto, servirá para determinar el desarrollo futuro y la marcha del aprendizaje, lo que queda limitado a quien enseña y a quien aprende.

Desde el paradigma sociocrítico, la visión es más amplia, pues incorpora al colectivo a la realización del diagnóstico, desde el ámbito que le corresponde colaborar en la escuela. Así, el llamado Diagnóstico participativo (DP) se entiende como la posibilidad de construir respuestas a las necesidades del contexto. En este sentido, cuando se refiere al trabajo comunitario, el diagnóstico se asume como una estrategia que tiene el objetivo de conocer el entorno real, intentando obtener
información sobre la problemática que vive la comunidad, por lo que el diagnóstico termina incorporando una visión sistémica del contexto. Desde un punto de vista sociológico, el
diagnóstico pretende ser una iniciativa que proporciona un conocimiento más elaborado de las condiciones sociales que se problematizan y las cuales se busca modificar mediante
un proceso de intervención.

El Diagnóstico socieducativo (DS), por su parte, se visualiza como un proceso científico de acción colectiva, que recaba información a través de diferentes actores, momentos y dimensiones del ámbito educativo, con el apoyo de diferentes instrumentos, estandarizados o no estandarizados, formatos
institucionales o diseñados para el propósito, digitales y no digitales, todo para tener la posibilidad de triangular la información del o los grupos de individuos, con el objetivo de identificar, conocer y comprender situación(es) problemática(s), así como sus causas originales.

Por lo tanto, el DS constituye una herramienta que permite disponer de datos que atañen a los sujetos actores, directos e indirectos, involucrados en la tarea de educar. Hacer del DS un proceso voluntario y participativo, permite a la comunidad escolar conocer, comprender y aprender de manera
integral, acerca de las condiciones geográficas de la comunidad, problemáticas del entorno referidas a situaciones de riesgo o áreas de oportunidad, los cuales pueden influir tanto en el rendimiento académico como en el desarrollo socioemocional del alumnado, identificar características individuales de los alumnos que pueden ser una barrera para el aprendizaje o, al contrario, una potencialidad que habría que considerar para fortalecerla; en fin, toda una serie de cuestiones relevantes del entorno, que influyen positiva o negativamente en los Procesos de Desarrollo del Aprendizaje (PDA).

Con base en esta información, se toman decisiones referentes a la Intervención socioeducativa (IS) a través del diseño, implementación y seguimiento de acciones acordadas por el colectivo institucional y los profesores responsables de los procesos de enseñanza y acompañamiento para desarrollar las capacidades cognitivas, socioemocionales, de convivencia y gestión para garantizar una educación de excelencia, con una visión para la mejora de los entornos y la calidad de vida de los educandos.

En México, a partir del sexenio del expresidente Andrés Manuel López Obrador, se gesta un nuevo modelo educativo conocido por su siglas NEM (Nueva Escuela Mexicana), en el que se reconoce la relevancia del vínculo entre la escuela y la comunidad con el objeto de enriquecer la labor docente y lograr la formación integral del alumnado y que, además, apuesta por transitar hacia una escuela que se constituya en un espacio abierto para la construcción de una nueva sociedad con sentido de pertenencia e interdependencia.

Para desarrollar un DS efectivo, es obligado identificar las dimensiones y actores relevantes para recuperar datos, lo que implica seleccionar las áreas clave que impactan en la comunidad, escuela y aula, tanto acerca del ambiente académico, como el social y familiar, con objeto de disponer de una comprensión más profunda de los factores que influyen directa e indirectamente en los procesos de enseñanza y aprendizaje, como puede ser el acceso a transporte, ambiente socioeconómico que limite o apoye las actividades escolares, las particularidades del alumnado, organización escolar, las reuniones periódicas con la familia o vínculos con otras instituciones, entre otros aspectos.

Por ende, la recopilación de datos se convierte en algo fundamental, es decir, recuperar aspectos específicos que validen percepciones y llenan vacíos de información requerida para precisar, conocer e identificar las causas. Esta fase puede incluir para su implementación, el uso de: encuestas, entrevistas y el análisis de registros escolares, etc. Una vez recopilada dicha información, se sistematiza para ser evaluada de manera crítica e identificar y priorizar las problemáticas que requieren intervención inmediata, así como aquellas que pueden servir para enriquecer los contenidos educativos, mejorar las prácticas docentes y los PDA.

No obstante estando reconocida la importancia del DS en educación, se mantienen desafíos para hacerlo realidad. La resistencia al cambio por parte de los autores/actores educativos, pensar en la educación como un proceso complejo que incluye la enseñanza en el aula, pero no como único espacio de aprendizaje, responderse por qué y cómo otros van a involucrarse con mi grupo, etc., son algunos de los principales retos a vencer. Muchos profesores, sobre todo en México, expresan su sentir acerca de la falta de recursos materiales y humanos para responder a las necesidades que se detectan, al igual que aparece la falta de tiempo, equipos y materiales para realizarlo.

Finalmente, es indiscutible la necesidad de aplicar el DS, por lo que resulta imprescindible superar los desafíos antes mencionados, aunque resulte un proceso no exento de dificultades: lograr la mayor participación posible de actores o involucrados, establecer las formas e instrumentos adecuados
para la recuperación y procesamiento de los datos, gestionar los recursos materiales y tecnológicos para llevarlo a cabo o establecer los espacios y tiempos para la socialización de resultados. Así, los acuerdos que emanen de los colectivos comunitarios deberán estar fundamentados en estos resultados y, por ende, las acciones a desarrollar serán pertinentes y acordes a las necesidades que se desean atender.

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