El estudio de las artes en las enseñanzas obligatorias

Oliva Cordero Fernández
Diplomada en Magisterio
y Licenciada en Psicopedagogía.
Profesora de Baile Flamenco
y Bailaora

El Arte se define, según la Real Academia de la Lengua Española, como la “Manifestación humana mediante la cual se interpreta lo real o se plasma lo imaginado con recursos plásticos, lingüísticos o sonoros. Es la capacidad, habilidad para hacer algo. Conjunto de preceptos y reglas necesarios para hacer algo”. Ya en su definición se denota la importancia de la palabra “Arte” y todo lo que ello conlleva para el buen desarrollo del ser humano.

En nuestro actual marco educativo, las Enseñanzas Artísticas se encuadran dentro de las Enseñanzas de Régimen Especial y no dentro de las enseñanzas obligatorias del sistema educativo español, con lo cual, son enseñanzas no integradas en los niveles, etapas o ciclos que constituye el régimen general obligatorio. Estas otras enseñanzas, las artísticas, no obstante, tienen validez académica en todo el territorio nacional como Enseñanzas de Régimen Especial.

En esta breve reflexión analizaremos las modalidades artísticas relativas a la Música y las Artes Escénicas (Música, Danza y Arte Dramático). La edad de ingreso en las enseñanzas básicas (cuatro cursos) de un conservatorio de Danza o Música es de ocho años y en horario de tarde, con lo cual estos mismos estudiantes realizan por la mañana sus estudios obligatorios y por la tarde, voluntariamente, los de régimen especial. Esto genera que sea una minoría de alumnado el que accede a esas Enseñanzas Artísticas. Más adelante este alumnado puede acceder a estas mismas enseñanzas profesionales (seis cursos) coincidiendo con sus años de estudio en la Enseñanza Secundaria Obligatoria y en el Bachillerato. Para finalizar, estos estudiantes, si quieren seguir avanzando en su formación artística en estas disciplinas, puede acceder a las Enseñanzas Artísticas Superiores (cuatro cursos) que suponen la formación en el grado artístico correspondiente y que requiere requisitos de acceso similares a otros estudios superiores, la mayoría de ellos universitarios.

La docencia en los conservatorios, tanto de Música como de Danza, se desarrolla de manera muy particular debido a la propia naturaleza de la actividad. La no obligatoriedad y el esfuerzo que supone para el alumno compaginar su formación artística con la académica general y obligatoria, hacen que la vocación y la capacidad de sacrificio del alumnado sean aspectos determinantes para llevar a cabo con éxito la formación artística. Al no insertarse con esta misma dedicación la formación artística en los estudios obligatorios, se limitan las posibilidades del alumnado de avanzar en esta formación si no existe precisamente esta dedicación y esfuerzo.

Es necesario tener en cuenta que el estudio de las Enseñanzas Artísticas es verdaderamente importante para el desarrollo del alumnado tanto a nivel físico como emocional y cognitivo. En mi caso, la Danza, genera unos valores y una autoconfianza que después se proyectan en el resto de los ámbitos de estudio y aprendizaje y que se obvian o en ocasiones no se quieren reconocer. En las enseñanzas regladas, con unos amplios currículums, cada vez se están olvidando más estos aspectos que debieran ser fundamentales. Aunque en las escuelas se trabajan estas cuestiones, sin embargo, falta sistematizar y sobre todo darle la importancia y el valor que realmente tienen.

La Danza y la Música tienen una serie de características que se trabajan constantemente con el alumnado y que aunque pueden ser agentes de aprendizaje en las enseñanzas obligatorias, sus elementos de trabajo no tienen ni la misma dedicación ni la misma profusión si se trabajan específicamente como enseñanzas artísticas: el trabajo en equipo, el trabajo del cuerpo en la danza y la educación musical, la mejora en el ritmo y la entonación, el desarrollo de la capacidad estética y visual, el autoanálisis, etc. son aspectos que se trabajan en mayor profundidad desde el ámbito artístico. Las diferentes actuaciones en público que realice el alumnado conllevan su planificación: los ensayos, en los cuales se trabaja la asimilación y memorización mediante la repetición del material a exponer, la organización de la indumentaria y la elaboración del orden de actuación, el diseño de las coreografías y saludos, el uso y planificación de luces y sonido, entre otros muchos aspectos, son específicos de las enseñanzas artísticas. La innovación de poder trabajar las Enseñanzas Artísticas desde edades tempranas, incluyéndolas dentro de las enseñanzas obligatorias, supondría múltiples beneficios en el desa­rrollo emocional, físico y cognitivo del alumnado y resultaría un instrumento metodológico y didáctico indiscutible para el aprendizaje de los contenidos curriculares “tradicionales” de nuestro sistema educativo sobre el que se debe avanzar.

En cuanto a los beneficios en el desarrollo emocional de las enseñanzas artísticas, el alumnado realiza con ellas un continuo trabajo en equipo reforzando la empatía, poniéndose en el lugar del otro, ayudando a interpretar y analizar los diferentes estados de ánimo… mejorando así las relaciones interpersonales y humanas como escolares tanto con su entorno como entre ellos mismos. El alumnado expresa sus emociones y toma conciencia de sí mismo y de los demás gracias a las disciplinas artísticas. Éstas potencian el desarrollo de la inteligencia musical y de la cinestésico-corporal y, además, mejoran el autoconcepto y fortalecen la autoestima que el alumnado necesita para disponer de confianza en sí mismo. Existen numerosos estudios que demuestran que el alumnado con una alta autoestima obtiene mejores resultados académicos, por lo tanto, la formación artística mejora el rendimiento académico del alumnado y sus propias potencialidades. Una alta autoestima mejora el sentimiento de capacidad personal, el niño o la niña se siente más seguro de sí mismo, y mejora el sentimiento de valía personal desarrollando su amor propio, trabajando la autoaceptación, desarrollando la capacidad para asumir sus éxitos y fracasos, en definitiva para crecer en positivo como persona. Al trabajar la autoexpresión, el alumnado está desa­rrollando la capacidad de expresar las ideas que tiene sobre él mismo. La disciplina que transmiten las Enseñanzas Artísticas mejora la tolerancia al fracaso, puesto que el ensayo, la constancia y el esfuerzo por mejorar suponen la clave del éxito. Los niños y las niñas liberan energía, esa energía tan necesaria en esas edades, así como dejan fluir sus sentimientos desarrollando la sensibilidad y las emociones que les ayudan a crecer como individuos.

En el desarrollo físico, entre los beneficios del trabajo del cuerpo diario que muchas de estas enseñanzas posibilitan, en el caso de la Danza por ejemplo, destacamos la expresión corporal, la coordinación y el desarrollo psicomotriz del alumnado, especialmente el movimiento y corrección postural, entre otras muchas cuestiones que el ejercicio físico, a secas, no desa­rrolla sólo por sí mismo y que es el que, tradicionalmente, y sólo en parte, se viene trabajando en la educación obligatoria. Este trabajo, desde disciplinas artísticas, aporta control postural, incluidas destrezas en este ámbito, un mejor equilibrio y buenos reflejos, necesarios especialmente en estas edades, aunque no solamente. El alumnado desarrolla la psicomotricidad y el control espacial con estos aprendizajes que son muy necesarios en estos estadios de la vida. Así la Danza les aporta resistencia y fuerza física, ejercitando la musculatura y la elasticidad, ejerciendo un buen desarrollo del cuerpo a todos los niveles. Además, fomenta la vida sana, y promueve la salud y el bienestar en todas las edades, siendo éste el tercer objetivo de desarrollo sostenible (ODS) de la agenda 2030 de Naciones Unidas, y sobre el que España, como muchos otros países, ha asumido la responsabilidad de trabajar para su cumplimiento.

Y por último, no podemos obviar los beneficios en el desarrollo cognitivo que estas disciplinas aportan pues fomentan en el alumnado, como pocas otras, la imaginación y la creatividad. En Danza, el alumnado mejora y desa­rrolla la memoria en las diferentes secuencias de pasos y coreografías; en Música melodías y patrones rítmicos; en ambas se potencia un buen desarrollo de la concentración con el trabajo del ritmo, la entonación y el oído; en Arte Dramático se mejora la anticipación y la capacidad lingüística, la coordinación espacial…; así como en Artes Plásticas se desarrollan otros aspectos como lo son la estética, el color, el volumen y la organización espacio-visual…

Se ha de tener en cuenta que el alumnado desarrolla el pensamiento abstracto especialmente entre los 12 y los 16 años, etapa en la que se moldea de manera más significativa la personalidad del niño y la niña. La realización de una actuación o representación artística supone para el alumnado trabajar estrategias de aprendizaje primarias como son la comprensión, la retención, la recuperación y utilización del material. Y esto es bien conocido por el profesorado de Educación Infantil, Primaria y Secundaria que, no obstante, y debido a los propios planes de estudio, no sistematiza estas técnicas metodológicas ni sus contendidos de estudio, tal como correspondiese, por la presión curricular y la no inclusión de las materias artísticas en los planes de estudio con la dedicación que se debiese, amén de la deficiente formación que el personal docente tiene en ocasiones para trabajar sobre este ámbito, limitándose, con mayor o menor acierto y generalmente por motivación personal, a un uso metodológico circunstancial de las disciplinas artísticas.

Por todo lo descrito anteriormente podemos concluir que las Enseñanzas Artísticas, adaptadas a las edades correspondientes, son necesarias porque mejoran el desarrollo y el aprendizaje del alumnado. Nos movemos, sentimos y oímos desde que estamos en el vientre materno. Estas percepciones son naturales e innatas en el ser humano. La Danza, la Música, el Arte Dramático, la representación plástica… son lenguajes universales, integradores e inclusivos por lo que consideramos que se debe fomentar el ARTE, como ese concepto de “Manifestación humana” que define la RAE y que nos hace ser más y mejor persona, también en las enseñanzas obligatorias de nuestro sistema educativo obligatorio como parte integrante de sus contenidos de estudio.

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