Familias y profesorado en un frente común

Nos contaba el periodista Carles Capdevila, en su ponencia Vivan los Profes, que “el relato de la educación es un relato negativo. La palabra más asociada a escolar es fracaso. Hablamos de los problemas de la educación, cuando la educación no es un problema, es la solución”.

Francamente, es necesario que la sociedad recupere y otorgue el valor que la educación se merece, pues posiblemente, la educación sea la llave que nos puede abrir las puertas a una mejor sociedad y permitirnos la entrada de luz necesaria para solucionar muchos de nuestros dilemas.

El Pacto por la Educación en equipo, surge precisamente para hacer frente a esta necesidad. Su objetivo es dotar de compromiso a la relación existente entre madres, padres y profesorado. La Fundación SM y Gestionando hijos, son los inspiradores del Pacto por la Educación en equipo, un documento redactado por más de 16 expertos del ámbito educativo de nuestro país. Entre ellos se encuentran Javier Urra, Carles Capdevila, María Jesús Álava, Begoña Ibarrola y Óscar González.

Durante el proceso de desarrollo del pacto, siempre se subrayó que no solo existen comentarios negativos en relación al ámbito educativo. Hay familias y alumnos que reconocen la labor que su profesorado ha dedicado a lo largo de su carrera, y les aplauden los logros conseguidos sobre su alumnado.

Seguramente, en alguna ocasión habrás tenido la oportunidad de sentir que tú y los profesores formáis un equipo ¿A que da gusto? Sabemos que no siempre es así. Quizás nuestros egos, las prisas, el no saber ponerse en lugar del otro, quizás la falta de visión educativa… Somos conscientes de que, en buena medida, que funcione bien la educación está en nuestra mano.

Por esto, el pacto se hace eco de las voces de toda la comunidad educativa, porque depende de nosotros dar el reconocimiento que se merece la relación más importante para lograr el éxito educativo en nuestra sociedad, hablamos de aquella que hay entre madres, padres y profesores. Ellos son los pilares que sostienen la educación de nuestros futuros ciudadanos. Es por esto que merece la pena trabajar juntos.

El pacto reúne 12 puntos dirigidos a los profesores y 12 puntos dirigidos a la familia. En total son 24 puntos básicos y sencillos, a la par que primordiales, que pretenden conseguir un comportamiento ético en el entorno de la comunidad educativa.

Lo cierto es que, en la actualidad, observamos muy de cerca que a nuestros ciudadanos les preocupa la educación y son muchos y muchas quienes están trabajando duro para hacer equipo.

Apostamos partir siempre de la idea de que la educación es la solución a problemas como el acoso escolar, la desmotivación en el aula, la racionalización de los deberes o la formación en valores. Os invitamos a ser protagonistas, por tanto, a no poner el foco en los fracasos de cada uno, sino en los éxitos, porque, aunque no nos lo creamos, tenemos muchos. Hay grandes experiencias educativas de éxito en nuestro país, que tenemos la obligación de dar a conocer. Es el momento de concentrarnos en unir nuestras fuerzas para afianzar las relaciones de toda la comunidad y adherir a más y más colaboradores, centros educativos, asociaciones y confederaciones, administraciones y empresas, porque la educación es cosa de todos, y todos formamos la educación.

“Si vamos todos de la mano y si los verdaderos protagonistas de esta tarea –como dice Javier Palop, director de la Fundación SM– somos padres, madres y profesores, haremos equipo”. Y Carmen Cabestany, profesora y secretaria de la Asociación No al Acoso Escolar, afirmaba que “los niños y las niñas tienen dos pies y dos manos. Para dar pasos firmes por la vida, necesitan que una mano la sostengan sus padres y otra, sus docentes”.

En esta misma idea abunda la psicóloga María Jesús Álava Reyes, que considera que el equipo más importante de la vida de nuestros hijos e hijas es el que formemos los padres con el profesorado. Si lo hacemos bien, los niños y las niñas serán los principales beneficiados”.

Por eso, sabemos que ahora es el momento de sumar fuerzas, nuestra sociedad nos exige un trabajo de equipo y, como dice el profesor Óscar González, “familia y escuela deben compartir, no competir”.

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