La impartición y enseñanza de la Historia en los países industrializados siempre se ha basado en la recopilación y memorización de datos y hechos extraídos de los grandes archivos estatales.
Estos, a pesar de parecer muy completos, están formados por documentos que han sido escritos por “los vencedores” de las guerras, por los “grandes personajes” cuya memoria ha pasado a la posteridad, y por aquellas clases sociales pudientes que tuvieron acceso a la enseñanza de la escritura y la lectura. Este hecho puede parecer un tema baladí, pero la construcción de la Historia Mundial con este sistema ha generado una información manipulada y sesgada que no permite la educación correcta y completa de la disciplina, relegando al olvido a las sociedades no letradas.
Los archivos privados
Muchas personalidades, reconocidas o no, guardaron en sus casas documentación elaborada en sus épocas, conformando sus archivos privados. Estos contienen gran cantidad de información, soportes y documentación cuyo valor histórico es esencial para poder conocer todo aquello que, de otro modo, no habría sobrevivido. En el caso español, suelen pertenecer a familias que desarrollaron sus disciplinas desde mediados del siglo XIX hasta mediados o finales del siglo XX.
Si bien es cierto que debemos tener muy presentes las tendencias políticas de sus propietarios, los documentos que conservaron son de un valor histórico y educacional incalculable: son únicos en el mundo, por lo que la información que nos legan no existe en ningún otro lugar.
Dos archivos privados de la Comunidad Autónoma de Madrid
El Archivo Pedagógico María Goyri/Jimena Menéndez Pidal (en la Fundación Ramón Menéndez Pidal) conserva documentos pedagógicos, como las clases y materiales creados por María Goyri para impartir en la Institución de Libre Enseñanza, manuales y directrices sobre educación infantil, o las clases impartidas por Jimena Menéndez Pidal en el Colegio-Estudio. Su material abarca desde finales del siglo XIX hasta los años 80 del siglo XX, aunque, lo más importante, es el plan de educación que desarrollaron estas mujeres: crear personas que piensen por sí mismas, ayudar al alumnado a que desarrollase sus aptitudes innatas, y formar una ciudadanía útil para el futuro, dentro de un sistema en el que debían crear sus cuadernos y recopilar sus materias con esfuerzo e investigación. Este archivo, que en breve se pondrá a disposición de las y los pedagogos, será un soporte para todo el profesorado que quiera mejorar su disciplina.
El Archivo Fuenterroca de Collado Mediano perteneció al político republicano Antonio Marsá. La documentación que conserva abarca desde los años 50 del siglo XIX hasta los años 30 del siglo XX, aunque destaca el material político sobre la II República. Este archivo ha resultado esencial para conocer más de cerca esta etapa porque, entre otras cosas, conserva todas las fichas de los afiliados a Alianza Republicana de España. Actualmente, el Ayuntamiento de Collado Mediano y el Observatorio Ciudadano para la Conservación del Patrimonio de la Sierra de Guadarrama están creando un proyecto para la catalogación de este archivo y su apertura a los investigadores, para que podamos investigar más profundamente esta época y difundirla correctamente.
Conclusiones
Los archivos privados nos pueden aportar antiguos valores educativos perdidos y otros nuevos, documentos únicos e imposibles de encontrar en otros lugares que complementen lo que ya sabemos y nos ayuden a “hacer” una Historia más fidedigna, esa que se ha de enseñar y que no se basa en la memorización de fechas y datos, sino en la comprensión del devenir humano.
Las nuevas generaciones de historiadores, conscientes de este problema, concentramos nuestros esfuerzos en hacer una revisión completa de la Historia para resolver este problema que, más allá de lo que pueda parecer, ha creado sistemas de educación incorrectos e incompletos, que han desembocado en incomprensión social, confusión y conflictos a todos los niveles.
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